Ahora el excandidato a la Alcaldía anunció un comité por el No por los acuerdos de paz.
Y lo hace en momentos en que la favorabilidad por el Sí está por encima del 70 por ciento, según las firmas encuestadoras.
Sin duda el cálculo político de Ferro va más allá del plebiscito por la paz, y piensa en su campaña para la Alcaldía de Ibagué en 2019, granjeándose el apoyo del uribismo y del Centro Democrático para su aspiración en tres años.
No hay que olvidar que el Tolima se ha inclinado en los últimos años hacia el uribismo y en 2014 el departamento apoyó mayoritariamente al candidato Óscar Iván Zuluaga, por encima del presidente Santos que buscaba la reelección.
De hecho, Ricardo Ferro siempre ha sido cercano al expresidente Álvaro Uribe y no es descabellado pensar que en las próximas elecciones locales el aspirante cuente con el apoyo del uribismo, aunque bien valdría la pena preguntarse qué pasará con el candidato de este movimiento, Emmanuel Arango, quien en 2015 dio la sorpresa obteniendo más de diez mil votos.
Otros censuran a Ferro su obstinada oposición al gobierno del alcalde Guillermo Alfonso Jaramillo, a quien cada semana dispara desde su columna en un diario local, como si no existiesen más temas que abordar en el amplio espectro de la opinión. Algunos ven a un Ferro que gira en círculos, quizá monotemático.
Y para acabar de completar el panorama en las redes sociales y la percepción de los ciudadanos nos es muy halagüeña para el candidato: siguen circulando las leyendas negras que le atribuyen no haber nacido en Ibagué o haber apoyado la mina La Colosa cuando estuvo en el Ministerio de Vivienda; especies que el mismo Ricardo Ferro ha desmentido una y otra vez. Otros lo comparan con el polémico exalcalde Luis H. Rodríguez, quien tras tres campañas fallidas logró subir al cargo para “cuadrar caja”, aseguran los internautas.
En 2015, Ferro obtuvo 51.325 votos, situándose como una fuerza electoral importante y a tener en cuenta en la capital, toda vez que se presentó como un candidato cívico y por firmas. Habrá que ver si su estrategia le alcanza para mantener ese caudal en las siempre impredecibles aguas de la política ibaguereña.