El exsecretario de Jaramillo tenía cuatro contratistas para que “le manejaran la agenda”.
Poco a poco se vienen conociendo irregularidades y vicios que se creían erradicados y ‘cánceres’ del pasado, del saliente secretario de Gobierno de Ibagué, Hugo Ernesto Zárrate, quien alcanzó a estar menos de un año en la administración de Guillermo Alfonso Jaramillo.
De hecho, el alcalde lo había promocionado con bombos y platillos como la fórmula que le pondría coto a la inseguridad que reina en los barrios, comunas, en el Centro de la capital y en muchas zonas, consideradas antaño como seguras y residenciales.
Y es que uno de los talones de Aquiles del gobierno de Jaramillo ha sido el tema de la seguridad. En lo corrido del mandato cuatro personas han desfilado por la cartera que maneja la convivencia, el espacio público, entre otros ítems: Camilo González, Marco E. Hincapié, Jennifer Parra y el mismo Zárrate.
La realidad es bien distinta. Zárrate metió 64 contratistas nuevos, entre abogados y otros profesionales para reforzar la gestión en la cartera de Gobierno.
“Algunos solo se les ve cuando van a pasar el informe para que les paguen”, dijo una fuente del gobierno del alcalde Jaramillo. También señalan que algunos contratistas de nivel técnico, sin título profesional, ganan mesadas de hasta tres millones de pesos, en detrimento de las personas graduadas o que sí pasaron por la universidad.
Tenía, según fuentes de la misma Alcaldía, cuatro contratistas para que le manejaran su ‘apretada’ agenda. Ese nivel de compromisos como para que se hiciera necesario contratar tanto personal podría esperarse del presidente de la República, el presidente del Congreso, un ministro, pero no de un simple secretario de una dependencia de provincia.
Entre los profesionales que trajo Zárrate a Gobierno están abogados, de los que se sabe, ni siquiera acompañaron la candidatura de Jaramillo en 2015 y estuvieron haciéndoles campaña a otros aspirantes como Jhon Esper Toledo.
Ahora se conoce que Zárrate dio el salto de garrochista hacia la Notaría Cuarta de Ibagué, con el respaldo, según fuentes del partido Conservador, del senador huilense Hernán Andrade a quien Hugo Ernesto le echó una mano nombrándole recomendados y contratistas cuando este estuvo en la Alcaldía de Bogotá, durante el gobierno de Petro, en el periodo 2012 – 2015.
¿Sabía el alcalde Jaramillo los desafueros de su ahijado político de muchos años, el mismo al que llevó al Congreso y al gobierno de Gustavo Petro?
Una respuesta que sería bueno que se clarificara para la ciudadanía, los organismos de control y aún para la autocrítica del mismo alcalde Jaramillo quien en campaña y al inicio de su gobierno anunció lucha frontal contra la corrupción y cero tolerancia contra las mañas politiqueras y clientelistas.