Hurtados
Imagen: tomada de Twitter.

¡Le quedan nueve meses de gobierno a Andrés Hurtado!

Se acorta la ventana de trabajo para el alcalde de Ibagué.

En junio de 2023 entrará en vigencia la ley de garantías con lo que la contratación estatal, al igual que las licitaciones y buena parte de la ejecución presupuestal, quedarán en suspenso hasta que concluya el debate electoral del próximo año.

Contando lo que falta de este 2022 a Andrés Hurtado le juega el reloj en contra para dejar obras tangibles y realizaciones por las que ser recordado en su mandato que inició en el año 2020.

Pero será recordado porque no hubo viaducto de la 60, no cayó la gota del Acueducto Complementario, tampoco se redujo la brecha social ni el desempleo porque no llegaron a Ibagué grandes capitales o industrias.

El tan mentado Bulevar de la Quinta se quedará solo en el render. Mucho menos hubo continuidad en procesos porque secretarios y directores de institutos rotaron por coyunturas políticas, retaliaciones o simple repartija de mermelada.

Hace pocos días el alcalde echó un globo sobre el Metro Cable que bien se sabe ni llegará a estudios para cuando finalice el mandato. Ni hablar del caos de la movilidad en todas las arterias viales de la ciudad.

Así es el ADN de un político

Por el contrario, continúa la diáspora de mayores y jóvenes que se van, incluso renegando de la ciudad, hacia otras latitudes. Otros se lanzan del puente de la Variante porque ni las líneas de prevención del suicidio, ni la ayuda sicosocial prometida (con contraticos de tres meses) por la Alcaldía sirvieron para mitigar la desesperación y congoja de los ibaguereños.

El próximo año sí se verán primeras piedras de obras, contratos amarrados, una pintadita a parques y escuelas, métricos de pavimento acá y acullá, para crear la sensación que la ‘administración’ sí hizo algo y para que los incautos le endosen votos a la candidata del leridense.

Johana Aranda
Johana Aranda

La carrera Tercera sigue convertida en la nueva plaza de mercado de la ciudad, la inseguridad campea por doquier y a nadie le importó que la Secretaría de Gobierno haya estado en encargo de un individuo sobre el que hay serias dudas y certezas sobre su catadura moral y torcidos procederes, tanto en lo público como en lo privado.

Los otros marginados y desesperados no ven otra opción que delinquir para tratar de llevar el pan a la mesa, aunque todos saben que el pan de la mesa se lo están robando otros: los ladrones de cuello blanco que con el oportunismo ramplón trepan, conspiran, engañan y hacen toldo aparte para montar estructura (o banda, que es lo mismo) mezquina, oportunista y ladina.

Habrá que ver si la reina (a propósito de Isabel II) Johana Aranda, es coronada en el banquete de la corruptela que están fraguando las fami – empresas, los grupillos y camarillas de siempre.

Algunos ibaguereños raizales mascullan, con no poca misoginia, que no van a permitir que suba otra Carmen Inés, porque es mejor tener un hombre al mando que sepa amarrarse los pantalones, debido a que la capital musical tiene muchos problemas de fondo y no aguantaría otro mandato con las mismas mañas o peores que las ya vistas. Además, ningún alcalde en la historia reciente de la capital ha llegado a colocar sucesor.

En Ibagué se escenifica la metáfora inmortalizada hace décadas por Julio Iglesias: “tropecé de nuevo con la misma piedra”.

Este es un editorial del director de A la luz Pública.

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