
Analistas y juristas creen que el caso es una cortina de humo para sepultar el escándalo de narcofinanciación de la campaña presidencial.
El mayor Jefferson Fabián Tocarruncho Parra una gran persona y un gran investigador en la Policía Nacional y el sargento Whadih Velásquez están siendo acusados de interceptar cinco líneas de teléfono a miembros de la Dijin, compañeros suyos.
El mayor Tocarruncho quien ha sido una persona muy reconocía por las investigaciones que ha desarrollado con resultados eficientes, quien sacrificó tiempo libre donde podía estar con su familia, y decidió estar de lleno en su labor en la Policía, una vocación que le nace aproximadamente desde los 15 años de edad cuando decidió prestar su servicio militar y entregarse de lleno a la Fuerza Pública. Su trayectoria dentro de esta institución ha tenido un sin número de condecoraciones por su labor y compromiso, sin importar si su vida corría peligro, es uno de los mejores oficiales de Policía de su promoción.
Y hoy en día al parecer nada de esto les importa, siendo acusados junto con el sargento Velázquez por aprovecharse de sus cargos y cometer presuntos actos ilícitos. Desde ese momento al mayor Tocarruncho la vida se le volvió una pesadilla, dejó de ser el honor de una institución a ser un delincuente y su familia ha sufrido algunas amenazas de muerte, y hoy llevando consigo una persecución por la Fiscalía, tan solo por querer destapar la corrupción tan impresionante que se está viviendo. Se esta dañando la imagen de una persona honesta quien lo único que hizo fue realizar su trabajo junto con el sargento Velásquez.
Así lo está haciendo ver el fiscal Daniel Hernández, fiscal que fue investigado por supuestas omisiones en el proceso de Otto Bula, en el famoso caso Odebrecht y otras investigaciones que pesan a su nombre.
Uno se pregunta, ¿con qué autoridad moral una persona de estas viene a acusar al mayor Tocarruncho y al sargento Velásquez, quienes se encontraban haciendo su trabajo como es debido?
No podemos dejar a un lado a la doctora Ladino quien pide justicia, teniendo en cuenta que ella fue la que en tres ocasiones solicitó la libertad del señor Marcos Figueroa, conocido como ‘Marquitos’ pero una de estas fue frustrada por el mayor Tocarruncho, ahora viene y dice que fue engañada y que la hicieron cometer un error, muchos nos preguntamos qué pueden llegar a pensar los nuevos policías que se encuentran formándose en las diferentes escuelas de la Policía Nacional, donde les imponen transparencia, dedicación, viendo este ejemplo del mayor y el sargento que por destapar la corrupción hoy en día se encuentran en un juicio, donde se encuentra en peligro su puesto, su cargo y su buen nombre, ya que el mayor Jefferson Fabián Tocarruncho Parra estaba ad portas de su llamado para un ascenso a coronel, una persona honesta responsable como lo es el mayor Tocarruncho.
¿Hasta cuando las élites de la corrupción van a dejar que verdaderamente se haga justicia?
Esperamos que en este caso jueces independientes e incorruptibles hagan justicia y demuestren a la luz de los elementos de prueba la inocencia de dos servidores públicos y se llegue hasta el final de este burdo montaje con el que se ha pretendido enlodarlos.
Por: José Roberto Carvajal Parra, comunicador social y periodista.