
Por años los dirigentes locales tuvieron a su lado al polémico abogado.
Y ahora, con la captura y caída en desgracia de Orlando Arciniegas, nadie parece alzar la mano para reconocer que este trabajó a su lado, fue su confidente; y quizá hasta oficiaron como socios y cómplices de sus múltiples andanzas y triquiñuelas, tanto en lo público como en lo privado.
Orlando Arciniegas apareció a finales de los años 90 en Ibagué, de la mano del senador Carlos García Orjuela, quien llegaría a presidir el Congreso en el año 2000.
Luego, en 2001 fue asesor de la Alcaldía de Ibagué y defensor del mandatario de la época, Jorge Tulio Rodríguez, al momento de investigarse la muerte del veedor y abogado Félix Eduardo Martínez, crimen por el que habría de resultar absuelto el ahora dirigente del Partido de la U en el Tolima.
En las elecciones de autoridades locales de 2003, Arciniegas se presentó como candidato a la Asamblea del Tolima, en un renglón del movimiento Colombia Viva, de la línea del exsenador Carlos García. El abogado, vio resignada su aspiración con 2.143 votos. De esa lista hicieron parte dirigentes conocidos como el cajamarcuno Plinio Valencia Varón; al igual que Carlos Eduardo Buenaventura, quien ejerció hasta hace poco la dirección territorial del Bienestar Familiar en Tolima.
Durante el mandato del gobernador Jorge García Orjuela (2004 – 2005), Arciniegas tuvo contrato de asesoría en la Gobernación, pero luego pareció disgustarse con la Casa García, y cantó la inhabilidad que tenía el gobernador al haber un hermano suyo estado trabajando con la entidad estatal Minercol.
Con el paso de los años, Arciniegas se alineó en el movimiento del senador Mauricio Jaramillo y fue designado por varios meses como secretario del Partido Liberal en el Tolima.
Arciniegas también tuvo asesorías en varios municipios, no exentas de polémicas y escándalos: Honda y Chaparral.
Fuentes del liberalismo señalan que fue precisamente el exsenador Jaramillo quien recomendó a Arciniegas para trabajar en la Empresa de Aguas del Tolima, Edat, al inicio del mandato de Luis Carlos Delgado Peñón (2012 – 2015).
Esa designación, habría de terminar de la peor manera cuando apareció una pancarta en pleno parque Murillo Toro que señalaba “Los robos de Arciniegas en la Edat, también involucran al gobernador”. Arciniegas, hacía parte del comité evaluador y del diseño de pliegos que entregó millonarias licitaciones a firmas de ingenieros para la construcción de acueductos en los municipios. Hoy, esas obras están seriamente cuestionadas, pues no se concluyeron, o se desaparecieron como por arte de magia los recursos.
Al frente de la Edat y en la época de las licitaciones amañadas de Arciniegas, estuvo Francisco Montoya, una ficha del liberalismo, quien pasó luego a ser secretario de Desarrollo Rural en el gobierno de Luis H. Rodríguez.
Justamente, el exalcalde fue el último dirigente político en darle trabajo a Orlando Arciniegas, primero como asesor del Ibal, donde parecía mandar más que el gerente o el propio alcalde; y luego con el manejo de los millonarios recursos de las obras para los Juegos Nacionales, tema este que tiene hoy al abogado rindiéndole cuentas a la justicia.
Bien es sabido que las responsabilidades penales son individuales, pero muchos se preguntan si a estos dirigentes políticos (aún activos), les cabe algún tipo de responsabilidad por los desafueros cometidos por Orlando Arciniegas, mismos que hasta ahora comienzan a aclararse.