El corrupto abogado, ‘genio del mal’ de los Juegos Nacionales, sigue sin aclarar sus nexos con el jefe del Partido Liberal en el Tolima.
Orlando Arciniegas, oriundo del municipio de Roncesvalles, irrumpió en la escena judicial de Ibagué hacia el año 2000. A muy temprana edad llegó a residir en la población de Líbano, y luego se trasladó a la ciudad de Bogotá para cursar estudios de Derecho en la Universidad Libre.
Habitantes de Líbano recuerdan que el padre de Arciniegas elaboraba las enjalmas para mulas y caballos, y que el abogado le colaboraba a su padre en las labores y en sus ratos de ocio.
El penalista, fue el apoderado judicial del exalcalde de Ibagué Jorge Tulio Rodríguez (2001 – 2003), en los inicios del proceso penal que se le siguió al dirigente, por la muerte del también abogado y veedor Félix Eduardo Martínez Ramírez.
Por esa época Arciniegas también ejerció como apoderado judicial del comerciante Benhur Herrera en el millonario litigio que este sostuvo contra la desaparecida compañía de energía Electrolima.
En las elecciones de autoridades locales de 2003, Arciniegas se presentó como candidato a la Asamblea del Tolima, en un renglón del movimiento Colombia Viva, de la línea del exsenador Carlos García Orjuela. El abogado, vio resignada su aspiración con 2.143 votos, y la curul fue obtenida por el cajamarcuno Plinio Valencia Varón, fallecido en medio de la pandemia, víctima del Covid -19.
Arciniegas Lagos, fue conocido también por ‘litigar’ en los medios de comunicación y era invitado permanente de noticieros y espacios de opinión.
Incluso ejerció por varios años como columnista del desaparecido bisemanario Tolima Siete Días, de la Casa Editorial El Tiempo. Arciniegas Lagos también ocupaba su tiempo como docente universitario en varias instituciones de educación superior.
Paralelo a su ‘prestigio’ como penalista, crecieron también sus escándalos personales: pagaba con cheques sin fondos las cuotas del crédito de su vehículo; o se quedaba con dinero de sus clientes, motivo por el cual fue varias veces investigado y sancionado por parte del Consejo de la Judicatura. Es conocido el deplorable caso de un habitante de Espinal, de escasos recursos, que aguardaba por una demanda de reparación directa, y al que Arciniegas le birló los dineros, luego que el Consejo de Estado fallara de manera favorable la demanda.
Fue conocido por amigos y detractores con el mote de ‘Botellón’, en alusión a la obesidad mórbida que mostró en otras épocas.
En 2004, Arciniegas ‘cantó’ la inhabilidad del gobernador electo Jorge García Orjuela, por tener a un hermano suyo trabajando en una entidad estatal; pero insólitamente el jurista luego apareció apoderando al mandatario en un raro cruce de los acontecimientos. Pese a ello, García le dio contrato de asesoría jurídica al polémico abogado. Meses después, García fue retirado del cargo por el Consejo de Estado, y hubo de convocarse a nuevas elecciones que dieron como ganador a Fernando Osorio Cuenca.
Orlando Arciniegas volvió a ser noticia en 2011 cuando ejercía como alcalde de Ibagué Jesús María Botero, y entabló contra el mandatario diversas acciones, entre ellas una penal y disciplinaria por la creación de la empresa de aseo Ibagué Limpia. En calidad de ‘veedor’, también denunció a Botero, y lo hizo inhabilitar por 11 años en el ejercicio de cargos de la función pública. Otras voces señalaban que el abogado procedía de esa manera ya que no le dieron contratos ni asesorías legales, durante el mandato de ‘Chucho’ Botero.
En esa época, Arciniegas hizo chipa con el abogado Orlando Espinosa Triana (también opositor del alcalde Botero) y en conjunto realizaron varias demandas y acciones contra el mandatario. ‘Los Orlandos’, fue bautizada la pareja en los medios donde tuvieron eco sus denuncias y donde a sotto voce se conocían sus tácticas y triquiñuelas para obtener favores e influencia.
Terminado este periodo, Arciniegas, otrora enemigo declarado de Luis H. Rodríguez, apareció contratado como uno de los ‘super asesores’ del gobierno (2012 -2015), y con injerencia en temas de contratación estatal, primero en el Ibal, y luego con las millonarias licitaciones de los Juegos Nacionales, lo que habría de motivar su captura.
En los mentideros políticos se afirmaba que Luis H. Rodríguez decidió así neutralizar a Arciniegas, para tenerlo en el bando amigo, y no le incomodara a la hora de gobernar, o adelantar los negociados particulares.
Es recordado también el incidente, al inicio del gobierno de Luis Carlos Delgado Peñón, cuando apareció una pancarta en pleno parque Murillo Toro que señalaba “Los robos de Arciniegas en la Edat, también involucran al gobernador”. Arciniegas, hacía parte del comité evaluador y del diseño de pliegos que entregó millonarias licitaciones a firmas de ingenieros para la construcción de acueductos en los municipios. Hoy, esas obras están seriamente cuestionadas, pues no se concluyeron, o se desaparecieron como por arte de magia los recursos.
Mauricio Jaramillo se benefició del robo de los Juegos Nacionales
Al frente de la Edat y en la época de las licitaciones amañadas de Aciniegas, estuvo Francisco Montoya, una ficha del liberalismo, quien pasó luego a ser secretario de Desarrollo Rural en el gobierno de Luis H. Rodríguez.
Políticamente, Arciniegas trabó espadas con el exsenador Mauricio Jaramillo, pero con los años pareció que hizo las paces con el dirigente liberal, y no volvieron a sacarse los trapos al sol. Incluso, fruto de la renovada amistad con el excandidato a la Gobernación, Orlando Arciniegas ejerció por algún tiempo como secretario del Partido Liberal en el Tolima y no se aclaró nunca su papel en la colectividad roja o a cuenta de qué terminó haciendo chipa con el gamonal Jaramillo, quien es candidato a la Gobernación en este 2023, sin dar paso a la renovación o a liderazgos más frescos.
Con su aprehensión, procesamiento penal, una condena a 27 años de cárcel confirmada en todas las instancias y varios procesos penales encima, por la corrupción de los Juegos Nacionales 2015, queda a modo de reflexión la manera como abogados de la región, de esta o similar calaña, terminan traspasando la línea, asesorando ilícitamente a sus clientes, o delinquiendo abiertamente para satisfacer sus ansías de poder, dinero, y escalamiento social, a cualquier costo.
Este es un editorial del director de A la luz Pública.
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